sábado, 29 de agosto de 2009

"WKF Face Mask"


Una máscara para protección de cara (sobre todo nariz), para los competidores de karate de la Federeción Mundial de Karate. La noticia, bastante añeja, dice así:

" Desde el 1 de enero de 2009, la protección “WKF Face Mask” (Máscara Facial de la WKF) será de uso obligatorio para las categorías de Kumité Cadete en todo el mundo. La “Face Mask” es un concepto único y muy diferente a cualquier otra protección usada en Artes Marciales y deportes de combate. Ha sido probada para garantizar que cumpla con los objetivos definidos, manteniendo al mismo tiempo la identidad de los competidores cara al público.
La “Face Mask” ha sido patentada y registrada, siendo la WKF la propietaria de todos los derechos. Estará disponible para su comercialización en todo el mundo desde el mes de octubre de 2008, a través de una red de distribución de las cinco marcas principales homologadas por la WKF: Adidas, Arawaza, Budoland, Sports Master y Tokaido. La “Face Mask” será de uso obligatorio en todos los Campeonatos Nacionales desde el 1 de enero de 2009.
Éste es un paso crucial y decisivo en la historia moderna de la WKF y del Kárate."

Déjenme opinar al respecto.

El karate ha venido convirtiéndose en un evento deportivo que intenta alcanzar, como el Taekwondo, el status de deporte olímpico. Intenta alcanzar la "estatura" de un deporte reconocido a nivel mundial, y es por este motivo que la competición de WKF a ocho puntos, con "toques" en vez de golpes, con impresionantes patadas que, por supuesto, obtienen mayor puntuación, y con cada vez más abundante protección obligatoria, han sido dominantes desde la década de los 90` hasta hoy.

Pero aquí cabe una pregunta fundamental: ¿Es el karate un deporte?

Creo que toda discusión y opinión respecto a WKF y sus "obligatoriedades" al karateka no han hecho más que mellar en un arte marcial tradicional, cuyos orígenes en la isla de Okinawa NUNCA pensaron en convertirse en deporte. Inclusive maestros reconocidos que viajaron a enseñar el arte a Japón consideraban la "deportivización" del karate como un mal que debía ser evitado a toda costa, pues conduciría al arte de las manos vacías a su aniquilación.


A mi parecer, WKF está condenando al karate a su destrucción de tres maneras:

1. Al hacer del karate un deporte, se le ha quitado, en el entrenamiento, la tradicional dureza y fortaleza de posiciones estables, conectadas a la tierra, con poderosos zukis endurecidos en makiwara, y patadas que si bien no impresionantes, auxiliares y efectivas. Si no me cree, vea un entrenamiento de karate tradicional y luego visualize un combate WKF. Se dará cuenta que en éste último no hay nada de eso.

2. El exceso de protección y los combates "al toque", hacen mella en el espíritu de lucha aplicado a situaciones de la realidad. Me refiero a realidades como defensa personal así como realidades de la vida, obstáculos que debemos enfrentar día a día, y para los cuales no se necesita hacer las cosas a media, si no al ciento por ciento, con arrojo y valentía. Un golpe de karate digno de WKF tiene velocidad, pero "tiene miedo": exceso de contacto, lesiones, dolor... Si la vida no tiene momentos de dolor, ¿como crecer y ser feliz?.

3. La obligatoriedad de protecciones hacen del karate un deporte excluyente por condición socioeconómica. ¿Se dieron cuenta de que WKF ya la patentó y autorizó a ciertas marcas a producirla?; ¿cuántas toneladas de dinero recibirán por una máscara que ellos mismos hacen obligatoria (50.000 pesos chilenos el precio de referencia)?. Antiguamente, el "te" okinawense (antiguo karate) era practicado sólo por unos pocos individuos, seleccionados por su espíritu de lucha, su perseverancia, su disciplina y su obediencia. Hoy la selección está en cuánto puede el alumno pagar a su sensei para entrenar en el Dojo, en cuánto puede invertir en la compra de buzos deportivos y zapatillas para ir a competir, en cuánto puede gastar en karategis que a la vista de los jueces marcan diferencia, y por último, en cuánto puede despilfarrar en máscaras protectoras, canilleras, protector de empeine, testicular, protector bucal, guantillas... cuánto, cuánto, cuánto. Cantidad por calidad. Triste, pero cierto.

En conclusión, opino, como humilde practicante de karate que busca la perfección volviendo a los orígenes, que la WKF debiera dejar de llamar "Karate" a aquel deporte que practica ante el mundo, pues le ha robado su esencia, y con ello ha destruido el arte.

Cuando por el camino te has perdido, desándalo y vuelve al principio. Es la única manera de reconocer cuánto nos hemos equivocado.

¿Esto queremos?


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