"...después del verano ausente, me magullé el brazo derecho gravemente, por bloquear directamente una fuerte patada. El brazo estaba morado, negro, rojo oscuro y verde desde el codo a la muñeca. Recibí la patada un miércoles, y como el jueves el dojo (lugar de entrenamiento) estaba cerrado por la práctica de los profesores, debí entrenar en casa como siempre...El viernes fui al dojo y asistí a la clase matutina, mas cuando llegó el momento de la parte de "kumite" o "pelea" de la lección, hice una inclinación y abandoné el dojo, no deseando lastimar más mi brazo.
Okuda (un sempai o "alumno aventajado" de karate) salió del dojo y me regañó por abandonar la clase. Protesté:
-!Pero mi brazo...!
-!No hay diferencia! Has vestido tu karategui (traje de karate) y has entrado a la lección. Es inadecuado y descortés retirarse antes del final, especialmente por una cosa tan insignificante. !Regresa!
Una vez de vuelta al dojo tuve que pelear, estaba muy equivocado si creía que los otros serían benignos con el brazo lastimado. Al proteger el brazo herido lo mostré como debilidad a mis adversarios y fue aprovechada como tal. El resto de la lección fue una desdicha feroz y encolerizada de dolor espasmódico y furia reprimida. Pero me sorprendí de mí mismo y luché bien, derrotando a un par...
Cuando estábamos cambiándonos, pregunté a otro cinta negra por qué mi lesión había sido desdeñada por mi sempai.
-No lo desdeñaron -respondió- . Hicieron esto por tu propio bien. Si te pones tu cinta verde y entras al dojo, quiere decir que estás dispuesto a aceptar la responsabilidad de tus acciones y tu jerarquía. Por lo tanto debes estar dispuesto a pelear, a vencer y a perder. Te observé Nic-sam. Luchaste bien. Así que no esperes que consintamos tus debilidades. Seríamos muy malos sempai si hiciéramos eso. Tu debilidad se encrementaría únicamente, y pronto cualquier excusa te impediría pelear, luchar o no aceptar las consecuencias. Somos como soldados. Cuando un soldado va a la guerra se pone su uniforme, lleva un arma y va a la guerra, está dispuesto obviamente a pelear y a matar a sus enemigos. Si está dispuesto a matar, entonces debe estar preparado para morir. Es lo correcto. Debemos cultivar el espíritu. Debes estar agradecido con tu sempai por mostrarte tanta atención. Si Okuda no se interesara en ti, te hubiese permitido salir. ¿Entiendes?..."
Nicol, C.W. Zen en Movimiento: EL karate como un camino a la nobleza.
Okuda (un sempai o "alumno aventajado" de karate) salió del dojo y me regañó por abandonar la clase. Protesté:
-!Pero mi brazo...!
-!No hay diferencia! Has vestido tu karategui (traje de karate) y has entrado a la lección. Es inadecuado y descortés retirarse antes del final, especialmente por una cosa tan insignificante. !Regresa!
Una vez de vuelta al dojo tuve que pelear, estaba muy equivocado si creía que los otros serían benignos con el brazo lastimado. Al proteger el brazo herido lo mostré como debilidad a mis adversarios y fue aprovechada como tal. El resto de la lección fue una desdicha feroz y encolerizada de dolor espasmódico y furia reprimida. Pero me sorprendí de mí mismo y luché bien, derrotando a un par...
Cuando estábamos cambiándonos, pregunté a otro cinta negra por qué mi lesión había sido desdeñada por mi sempai.
-No lo desdeñaron -respondió- . Hicieron esto por tu propio bien. Si te pones tu cinta verde y entras al dojo, quiere decir que estás dispuesto a aceptar la responsabilidad de tus acciones y tu jerarquía. Por lo tanto debes estar dispuesto a pelear, a vencer y a perder. Te observé Nic-sam. Luchaste bien. Así que no esperes que consintamos tus debilidades. Seríamos muy malos sempai si hiciéramos eso. Tu debilidad se encrementaría únicamente, y pronto cualquier excusa te impediría pelear, luchar o no aceptar las consecuencias. Somos como soldados. Cuando un soldado va a la guerra se pone su uniforme, lleva un arma y va a la guerra, está dispuesto obviamente a pelear y a matar a sus enemigos. Si está dispuesto a matar, entonces debe estar preparado para morir. Es lo correcto. Debemos cultivar el espíritu. Debes estar agradecido con tu sempai por mostrarte tanta atención. Si Okuda no se interesara en ti, te hubiese permitido salir. ¿Entiendes?..."
Nicol, C.W. Zen en Movimiento: EL karate como un camino a la nobleza.